Por: Emilia Kiehnle
Muchas de las obras de arte tienen una parte anecdótica interesante detrás de su realización. Una de las más célebres es la historia detrás de la composición Cuadros de una exposición de Mussorgsky.
En el año de 1873 el pintor y arquitecto Víctor Hartmann, amigo cercano de Mussorgsky, murió de un aneurisma a la edad de 39 años. Poco después, el crítico de arte Vladimir Stasoff, amigo de Hartmann y de Mussorgsky, organizó una exposición con los dibujos y acuarelas de Hartmann.
La visita a esta exposición inspiró a Mussorgsy a componer su suite Cuadros de una exposición, originalmente llamada Suite Hartmann. Como un homenaje a su amigo fallecido, el músico se propuso plasmar las pinturas en su música. De algún modo, esta obra de Mussorgsky “dibuja” con sonidos parte de la exposición.
Aunque la mayoría de los trabajos de esta colección se perdieron, hoy en día conservamos las descripciones musicales de los cuadros elegidos por Mussorgsky para componer su suite. Las piezas, profundamente descriptivas en lo individual, adquieren unidad con un tema llamado Promenade (“paseo”) el cual se oye desde el inicio y luego a lo largo de la pieza, dando la impresión al oyente de estar visitando la exposición de cuadro en cuadro.
Las imágenes musicales de Cuadros de una exposición transmiten un gran sentimiento de nostalgia. Fueron escritas originalmente para piano, pero hoy en día son famosas por la orquestación que les hizo Ravel. Les compartimos una probada de esta obra y los invitamos a que asistan este fin de semana a escuchar la interpretación de la misma por parte de la OFUNAM (para mayor información pueden revisar nuestra cartelera).
A mí me pasó al revés. Yo la conocía para piano y hace poco me enteré que había un arreglo orquestal de Ravel. Ambas son muy buenas.
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¡No sabía que era originalmente para piano! 🙂
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